Explorando el Arte Colonial Dominicano
El arte colonial dominicano es un testamento visual de la compleja historia que ha dado forma a la República Dominicana. Desde la llegada de los europeos en el siglo XV hasta los eventos cruciales que marcaron el período colonial, el arte de esta época refleja una amalgama de influencias culturales y espiritualidad. En este blog, nos sumergiremos en el fascinante mundo del arte colonial dominicano.
Los colonizadores eran en su mayoría de las regiones de Extremadura y de Andalucía, prevaleciendo en el arte el gótico exuberante, o el gótico austero con sólidas estructura, siendo esté último el importado a la colonia. Así el arte colonial en Santo Domingo exhibe tres estilos: el gótico tardío, el renacentista y el barroco.
El arte colonial dominicano fue fuertemente influenciado por la tradición artística europea, en particular, la española. La Iglesia Católica también desempeñó un papel central, y muchos de los artistas de la época eran también artesanos religiosos que creaban obras para iglesias y monasterios.
La arquitectura colonial dominicana es otra manifestación del arte de la época. Las estructuras coloniales, como la Catedral Primada de América en Santo Domingo, muestran una fusión de estilos que van desde el gótico hasta el barroco, creando una estampa única que evoca la grandeza de la época colonial.
La pintura religiosa también floreció durante el periodo colonial. Las escuelas pictóricas que surgieron en la República Dominicana se inspiraron en las corrientes artísticas europeas, pero adaptaron elementos locales y representaciones de la vida cotidiana.
Una característica fundamental de nuestros monumentos coloniales es el uso de diferentes materiales de construcción, debido tanto a lo económico como a la falta de canteras de rocas de buena calidad cercanas a la ciudad, por lo que se optó por utilizarse piedras calizas, ladrillos, adobes, mampostería, en una misma construcción. Otro, aunque menos usado, fue la piedra de sillería.
A la arquitectura civil corresponden diversos tamaños y diseños, atendiendo al estatus social de los propietarios. Sobre la puerta principal se solía colocar el escudo que representa a la familia. Las fachadas se caracterizaban por planas y paralelas a las calles.
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